Una extensa zona de la Pampa argentina permanece anegada desde hace meses por precipitaciones inusualmente intensas, combinadas con la ausencia de mantenimiento vial y la paralización de obras públicas, lo que mantiene aislados a productores y afecta a millones de hectáreas.
Los campos que solían mostrar actividad ganadera y agrícola hoy exhiben agua acumulada, caminos convertidos en canales y animales en busca de alimento entre el barro. Las lluvias, asociadas al cambio climático, agravaron el deterioro de la infraestructura rural.
Luciano Macaroni, productor ganadero de 9 de Julio, a 300 kilómetros de Buenos Aires, afirmó que en marzo debió abandonar su campo con su familia para garantizar la escolaridad de sus hijos. Explicó que solo puede movilizarse a caballo debido al e

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