Imagina ciudades donde edificios y puentes limpian el aire como un bosque. Esa posibilidad dejó de ser una teoría. Especialistas de Cemex y del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey comprobaron, mediante una metodología científica, que las estructuras de concreto pueden absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera de forma similar a los árboles . El hallazgo abre una nueva ruta para la innovación en infraestructura y acción climática.

La investigación, publicada en la revista International Cement Review , detalla la manera en que el concreto captura CO₂ por un proceso conocido como recarbonatación , mecanismo natural que aprovecha los poros y fisuras presentes en los materiales. Los resultados muestran una capacidad notable de absorción en periodos corto

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