Solo doce personas han tenido el privilegio de llegar a la Luna en la historia de la humanidad, pero solo una ha sido enterrada en nuestro satélite natural, en reconocimiento a sus trascendentales aportes a la ciencia. Se trata de Eugene 'Gene' Shoemaker , un destacado geólogo que prácticamente fundó la ciencia planetaria como una disciplina independiente de la astronomía.

Descubriendo la geología de los astros

Nacido en Los Ángeles (California, EE.UU.) en 1928, Shoemaker se apasionó por la geología desde muy pequeño. Modesto y humilde, en una ocasión dijo que se consideraba un "historiador de la ciencia", aunque sus compañeros lo recuerdan como una persona increíblemente polifacética .

El científico fue pionero en el campo de la astrogeología al fundar el Programa de Investigación Astrogeológica del Servicio Geológico de Estados Unidos en 1961, del que fue su primer director. Allí realizó un importante descubrimiento al demostrar que muchos cráteres de la Tierra son de origen meteórico y no volcánico .

El investigador siempre anheló caminar por la Luna y llegó a ser un candidato para una expedición del programa Apolo, pero fue descalificado al ser diagnosticado con la enfermedad de Addison, un trastorno de la glándula suprarrenal. No obstante, Shoemaker se mantuvo involucrado en las investigaciones lunares, participando en el entrenamiento de astronautas estadounidenses .

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Uno de sus estudios del cosmos en busca de asteroides y cometas que cruzaran la órbita terrestre culminó con el descubrimiento (junto con su esposa Carolyn y David Levy) del cometa Shoemaker-Levy , que impactó contra Júpiter en 1994, proporcionando a la comunidad científica una nueva e importante perspectiva tanto sobre la dinámica de los cometas como sobre la ciencia planetaria de Júpiter.

La mayoría de los expertos de la época dudaban de que quedaran marcas evidentes en el planeta. Sin embargo, el impacto resultante ocasionó una enorme cicatriz en su superficie. 

Cenizas en la Luna

Lunar Prospector NASA Ames / Boris Rabin

Un accidente automovilístico acabó con su vida el 18 de julio de 1997 en Alice Springs, Australia, donde realizaba investigaciones sobre cráteres de impacto terrestres con su esposa y colaboradora científica, Carolyn Shoemaker, quien sobrevivió al accidente aunque sufrió diversas lesiones.

Por sus impresionantes logros científicos y su dedicación a los estudios de la Luna, la nave espacial Lunar Prospector fue enviada al satélite natural con sus cenizas encapsuladas a bordo el 31 de julio de 1999. El aparato cumplió su misión con éxito y depositó la cápsula, que contiene un fragmento de la obra Romeo y Julieta, en uno de los cráteres.