La Policía Nacional del Perú ha incautado más de 12 toneladas de aletas de tiburón, valoradas en 15 millones de dólares, en un operativo realizado en Callao, cerca del puerto. Este hallazgo, uno de los más grandes en la historia del país, revela la magnitud del tráfico ilegal de especies marinas que afecta a la biodiversidad del océano.

El operativo se llevó a cabo tras semanas de seguimiento por parte de agentes de Investigación Criminal y personal especializado en delitos ambientales. Al ingresar a un almacén clandestino, encontraron aletas de tiburón de diversas especies, muchas de ellas protegidas. El general Manuel Lozada, jefe de la división de Investigación Criminal, destacó que se incautaron más de seis toneladas de aletas completamente prohibidas de pesca.

"Estamos incautando más de seis toneladas de aletas de tiburones de diversas especies completamente prohibidas de pesca", afirmó Lozada. Este decomiso pone de manifiesto la presión constante que sufren las especies marinas y el impacto devastador de estas prácticas en el ecosistema.

La intervención también permitió desarticular a la organización criminal conocida como 'Los Aleteros', que se dedicaba al tráfico ilegal de estas aletas. Tres ciudadanos peruanos fueron detenidos y enfrentan cargos por delitos contra los recursos hidrobiológicos. Las autoridades informaron que el cargamento descubierto es uno de los mayores registrados en el país, con un valor en el mercado asiático que podría alcanzar los 8 millones de dólares.

Las aletas estaban ocultas en una vivienda adaptada como almacén, donde se secaban y acondicionaban para la exportación. La organización criminal contaba con contactos que gestionaban permisos irregulares para dar apariencia legal a sus envíos. Lozada subrayó que muchas de las especies involucradas están "en amenaza de extinción".

El método utilizado por los pescadores es devastador: capturan tiburones, les cortan las aletas y arrojan el cuerpo al mar. Este proceso, que se considera un delito contra los recursos hidrobiológicos, contribuye a la disminución de las poblaciones de tiburones en el océano. La demanda internacional de aletas de tiburón se sostiene por creencias populares que asocian su consumo con beneficios para la salud, como la mejora de la memoria y el deseo sexual.

Según la organización Oceana, existen cerca de 400 especies de tiburones en el mundo, de las cuales 66 se encuentran en aguas peruanas. Cada año, millones de tiburones son sacrificados para extraer aletas, que representan solo un pequeño porcentaje del cuerpo del animal. El mercado internacional de aletas de tiburón mueve más de 550 millones de dólares anualmente, sin contar las operaciones ilegales. Las autoridades continúan investigando el caso para esclarecer el alcance de la organización y su posible conexión con otras redes de tráfico.