El Kremlin dedica desde hace días grandes esfuerzos a refutar cualquier insinuación sobre la caída en desgracia del jefe de la diplomacia rusa desde 2004, Serguéi Lavrov, que reapareció hoy en público tras dos semanas de ausencia. Con todo, cada reacción de los portavoces de la Presidencia y del Ministerio de Exteriores no hace sino alimentar la maquinaria de la especulación, ya que son respuestas nerviosas y poco convincentes. Los posos de café de las tazas del Kremlin son más insondables que nunca, pero es indiscutible que hace mucho que en Rusia la diplomacia ha cedido su protagonismo al arte de la guerra.

La reaparición de Lavrov

Lavrov, de 75 años, que no comparecía ante la prensa desde su viaje a Minsk el pasado 28 de octubre, ofreció este martes una inesperada rueda de prensa po

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