A partir de este lunes, China y Estados Unidos han decidido suspender las tasas portuarias mutuas que se habían impuesto en octubre, en el contexto de la última crisis comercial. Esta medida se produce tras los acuerdos firmados por los presidentes Xi Jinping y Donald Trump a finales de octubre.

Las autoridades chinas han anunciado que la suspensión de estas tasas tendrá efecto inmediato y se extenderá hasta el 10 de noviembre de 2026. Esta decisión se produce justo cuando EE.UU. planea interrumpir sus investigaciones sobre los sectores marítimo, logístico y de astilleros de China.

En la reunión entre Xi y Trump en Corea del Sur, se acordó también la rebaja de aranceles y la suspensión de restricciones a las tierras raras y otras tecnologías. Trump ha reducido un 10% los aranceles a China, mientras que Xi ha suspendido las restricciones a las tierras raras.

Las tasas portuarias especiales, que se habían impuesto en respuesta a medidas similares de EE.UU., eran de 50 dólares por tonelada neta para los buques chinos que entraban a puertos estadounidenses, y de 56 dólares para los buques de EE.UU. que arribaban a puertos chinos. Se esperaba que estas tasas aumentaran anualmente, lo que habría generado un costo significativo para las principales navieras.

Analistas habían advertido que estas tarifas elevarían los costos operativos del transporte y causarían alteraciones en las rutas comerciales. Además de las tasas portuarias, se acordó la suspensión de medidas de control a la exportación de minerales estratégicos, como el galio y el germanio, que son vitales para diversas industrias.

Trump ha celebrado los efectos positivos de estos cambios en su política comercial, afirmando que EE.UU. se ha convertido en "el país más rico y respetado del mundo". Sin embargo, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha cuestionado la legalidad de los aranceles impuestos por la administración Trump, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a la situación comercial entre ambos países.

En un contexto de tensiones comerciales, la reciente moratoria de un año a las tasas portuarias representa un alivio para el comercio global, que ha estado bajo presión desde que Trump reintrodujo los aranceles como herramienta para reducir el déficit comercial estadounidense. La cooperación entre ambas naciones podría ser clave para estabilizar el comercio internacional en los próximos años.