La saga de Jeffrey Epstein se complica aún más para el expresidente Donald Trump. Recientes revelaciones sobre correos electrónicos de Epstein han mencionado al presidente en múltiples ocasiones, lo que ha intensificado la controversia en torno a su figura. Este miércoles, la Casa Blanca se vio envuelta en un torbellino de intriga política, frustrando las esperanzas republicanas de cerrar el prolongado cierre gubernamental como una victoria.

Los demócratas de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes publicaron tres correos electrónicos recién obtenidos del patrimonio de Epstein que mencionan a Trump. Posteriormente, la Comisión, liderada por republicanos, reveló una serie de otros correos que también hacían referencia al presidente. Aunque no se identificaron nuevos problemas legales para Trump, el contenido de estos correos ha alimentado el escándalo, complicando aún más su situación política.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió a Trump, afirmando que los correos no demostraban “absolutamente nada, salvo que el presidente Trump no hizo nada malo”. Sin embargo, el contenido de los correos, que incluía conversaciones entre Epstein y Ghislaine Maxwell sobre Trump, ha generado un clima de especulación y desconfianza.

Las revelaciones han suscitado dudas sobre la transparencia de Trump respecto a su relación con Epstein, quien se suicidó en prisión en 2019. Los correos sugieren que Trump podría haber sabido más de lo que ha admitido sobre Epstein, un conocido pedófilo que frecuentaba círculos de poder en Nueva York y Londres. En un correo de 2011, Epstein se refería a Trump como alguien que había pasado horas en su casa, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su relación.

Maxwell, quien ha sido cómplice de Epstein, declaró que nunca vio a Trump en situaciones inapropiadas y que siempre se comportó como un caballero. Sin embargo, otros correos han revelado comentarios de Epstein que lo describen como “al borde de la locura” y sugieren que conocía la corrupción de Trump.

El escándalo ha tenido repercusiones políticas en ambos lados del Atlántico, con la destitución de figuras en el Reino Unido debido a sus vínculos con Epstein. En Estados Unidos, la Casa Blanca ha intentado contener el daño, pero las revelaciones han llevado a un frenesí de especulaciones sobre la publicación de archivos relacionados con el caso.

El representante demócrata James Walkinshaw criticó la falta de transparencia, sugiriendo que sería más sensato publicar todos los archivos para aclarar la situación. A pesar de las negaciones de irregularidades por parte de Trump y sus colaboradores, la controversia persiste, y la Casa Blanca se enfrenta a un desafío significativo para manejar la narrativa en torno a este escándalo que no parece tener fin.