La noche del 13 de noviembre de 1985 una tragedia estremeció al Tolima y a toda Colombia. El volcán Nevado del Ruiz hizo erupción, provocando una avalancha que sepultó bajo el lodo el 85% del municipio de Armero. La noticia fue devastadora y cambió para siempre la historia de un pueblo que hasta entonces vivía en calma. Hoy, sus ruinas y algunas de las casas que siguen en pie son el reflejo de lo que fue Armero hace años: un tranquilo y próspero municipio que permanece vivo en la memoria de los sobrevivientes.

Aunque la vida era apacible, Armero era un pueblo dinámico, con un comercio vibrante. Su plaza de mercado era el punto de encuentro de muchos, incluso de quienes viajaban desde municipios cercanos como Mariquita o Lérida. El clima cálido acompañaba las jornadas de los armeritas, que

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