Para los que aún duden de los efectos del cambio climático pueden recuperar fotografías del Dijous Bo desde principios de este siglo hacia atrás y comprobarán como en el último lustro las mangas y las capas de vestimenta de los visitantes se ha ido reduciendo. Si el año pasado la lluvia amenazó la jornada para acabar con un día soleado, este jueves el calor, e incluso el bochorno, ha sido el protagonista de la gran feria de la capital del Raiguer.

Ya lo había sugerido el alcalde, Virgilio Moreno , en la inauguración del miércoles, cuando dijo que el dispositivo de seguridad se había preparado teniendo en cuenta «una previsión de máximos» , porque ya se esperaba una revetla multitudinaria, como así fue, y un Dijous Bo de los más multitudinarios de la década.

En esta ocasión el Ajun

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