España se detuvo aquel 7 de febrero de 1982. Era domingo, y el país entero se sentó frente al televisor para ver el penúltimo capítulo de Verano Azul, el que anunciaba la muerte de Chanquete. Pocos momentos han quedado tan grabados en la memoria colectiva: una generación entera llorando al unísono mientras sonaba el famoso “no nos moverán”. Aquel fenómeno televisivo marcó un antes y un después en la historia de la televisión española.

Por entonces, no existían los sofisticados sistemas de medición de audiencia que conocemos hoy, pero TVE calculó que más de nueve millones de espectadores siguieron el final de las aventuras de Julia, Javi, Bea, Desi, Tito, Piraña y Quique en las playas de Nerja. Con las reposiciones de los años siguientes, Verano Azul se convirtió en un clásico atem

See Full Page