Por Jaime Fauré - académico de Psicopedagogía UNAB.

En estas semanas hemos escuchado a los candidatos presidenciales hablar de educación. Unos pusieron el acento en la disciplina , otros en elevar puntajes en pruebas estandarizadas . Pero en todos los discursos es vital repensar el corazón del sistema educativo .

Mientras la política sigue discutiendo cómo administrar mejor lo que ya tenemos , la sociedad cambió a una velocidad sin precedentes. Hoy las oportunidades para aprender se multiplican : están en la comunidad, en internet, en el trabajo, en la familia. Sin embargo, el sistema sigue operando como si nada hubiese cambiado.

La pandemia nos lo demostró: padres y madres fueron profesores improvisados , docentes se reinventaron, niños aprendieron en línea y en casa

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