Ciudad de México.- La Ley de Infraestructura de la Calidad (LIC) representa uno de los avances normativos más importantes de los últimos años en México, que fue la renovación a la antigua Ley Federal sobre Metrología y Normalización, ya que consolida un marco moderno que responde a exigencias del comercio internacional y a la necesidad nacional de ordenar procesos, elevar estándares y fortalecer la competitividad de México.

Su historia está vinculada directamente a la transformación que trajo la apertura comercial desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que obligó a México a adoptar estándares globales y a garantizar que sus productos cumplieran reglas técnicas compatibles con lo que exigían sus principales socios comerciales.

La LIC es, en ese sentido, la evolución de

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