Seguir la epidemia de fiebre amarilla de 1871 a través de La Prensa, nos depara gratas sorpresas, y también en medio del dolor que ello significó nos permite una sonrisa la lectura de la columna Gacetilla a cargo de un desconocido redactor oculto bajo el seudónimo de Teseo . No podemos olvidar que vivimos algo semejante hace pocos años con motivo del covid.

A fines de febrero, comenzó a aumentar el número de víctimas, ya el 10 de marzo anunciaba: “Desde el presidente de la República hasta el changador que barre los rieles de los tranways, tienen entre cuero y carne un julepe espantoso”.

Proseguía que no se trataba de lo que se podía suponer como la insurrección de Ricardo López Jordán o una avanzada de los indios sobre la ciudad. “¿Qué es entonces lo que tiene el asustado al autor de

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