La reciente cumbre entre Rusia y Estados Unidos, celebrada en Alaska, ha resultado ser un revés para el Kremlin. El presidente ruso, Vladímir Putin, había esperado que esta reunión, que rompió tres años y medio de aislamiento, le otorgara una ventaja diplomática. Sin embargo, en los tres meses posteriores, la Casa Blanca ha impuesto sanciones a las principales petroleras rusas y ha exigido un alto el fuego en Ucrania. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha comentado que "seguimos dispuestos a celebrar la segunda cumbre ruso-estadounidense en Budapest si realmente se basa en los resultados bien alcanzados en Alaska". Sin embargo, este consenso parece ser un mito, ya que el presidente Trump no se comprometió a nada concreto durante la cumbre. Las autoridades rusas han intentado culpar a Trump por el fracaso de las negociaciones, pero la realidad es que Moscú sobreestimó su posición tras la reunión. Trump decepcionó a Ucrania y a Europa al no mantener su ultimátum y la demanda de un alto el fuego inmediato. Las sanciones impuestas a Rosneft y Lukoil, que entrarán en vigor el 21 de noviembre, han comenzado a afectar gravemente a la economía rusa, que ya muestra signos de contracción. Los ingresos por exportaciones de hidrocarburos han caído un 27 % en octubre en comparación con el año anterior. Además, el precio del petróleo Urals ha alcanzado un mínimo histórico, siendo casi 20 dólares más barato que el Brent. Lukoil ha iniciado negociaciones para vender sus activos en el extranjero, pero enfrenta el riesgo de nacionalización en países como Bulgaria y Rumanía si no logra concretar estas ventas. Mientras tanto, Putin planea un viaje a India en diciembre para asegurar que el país continúe importando petróleo ruso, a pesar de que las importaciones de China y Turquía han disminuido. En respuesta a la situación, Putin ha reactivado maniobras nucleares, recordando tácticas de la era soviética. Esto ha llevado a Trump a considerar la reanudación de ensayos nucleares, lo que ha generado preocupación en Moscú. Trump ha declarado que su objetivo es negociar una reducción del arsenal nuclear no solo con Rusia, sino también con China, en un plazo de cuatro a cinco años. La situación actual refleja un cambio significativo en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, con un Kremlin que enfrenta desafíos tanto internos como externos tras la cumbre de Alaska.
Putin enfrenta un callejón sin salida tras cumbre fallida
Noticias de Perú1 hrs ago
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