La Atalaya de Santa Brígida fue otro de los puntos de interés para los viajeros curiosos. Y no tanto por su singular alfarería , sino por la carga antropológica . Y así lo describe Mr. Edwardes : «El nombre de 'villa' quizá sea demasiado halagador para este lugar. 'Colmena' sería más apropiado, ya que se trata de un ingente número de cuevas practicadas en la vertical faz de un aislado risco de piedra arenosa, que va a caer sobre una cañada por la que discurre un riachuelo. La Atalaya es el Burslem de Gran Canaria . Cada cueva contiene los primitivos utensilios para la manufactura de la alfarería isleña.

Hombres, mujeres y niños, ligeramente vestidos, se agachan bajo el sol que calienta las entradas a sus moradas y manipulan el barro con rapidez y destreza. Pancho me confirmó l

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