Los espaguetis de Pastas La Isleña , moldeados al bronce , tienen ese valor añadido que no se ve, pero se siente en cada bocado. El trefilado tradicional ― mucho más lento y artesanal que el moldeado industrial― crea una pasta con una superficie ligeramente rugosa, casi porosa, capaz de abrazar la salsa con una intensidad distinta.
No es solo una cuestión técnica: es toda una declaración de intenciones. Es elegir textura, autenticidad y ese guiño a las pastas de antes, las que se elaboraban con mimo y respeto por el cereal. En un mundo de prisas, que La Isleña siga apostando por el bronce significa preservar la calidad como seña de identidad .
Una pasta así no se puede acompañar de cualquier manera, sino que merece una salsa como la auténtica carbonara , la que no lle

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