“Un mar calmo no hace experto a ningún marinero”. Se puede ver escrito a mano alzada en las raídas paredes de almacenes cercanas a los puertos o en grafitis prolijamente estampados en las murallas de los espigones. No le vino mal releerlo al gobernador de Chubut Ignacio Torres tras una semana donde las aguas del mar se balanceaban turbulentas p orque los conflictos de la pesca iban y venían, se ensanchaban en las páginas de los portales y estallaban lejos de la provincia entre denuncias y acusaciones.

Las idas y vueltas con la creación de dos permisos de pesca y la concesión a una empresa norteamericana con denuncias en medio del camino dejaron expuesta la fragilidad de algunos funcionarios del gobierno de Chubut ante situaciones límite y exposiciones ante la opinión pública que no pud

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