Muere Franco, muere el Caudillo, como le llamaban los suyos, la madrugada del 20 de noviembre. A una hora sobre la que aún ahora existen dudas, como explicaremos en las próximas líneas. Muere tras una agonía que tiene en esa última semana sus horas más dramáticas, en las que nunca llegó a recobrar el conocimiento y los médicos sólo intentaban paliar sus dolores.

Son continuos los enfrentamientos entre su hija y su marido, el doctor Villaverde. Carmen quería acabar con la agonía de su padre, pero Villaverde, como ocurría con la mayoría de los dirigentes franquistas, buscaba que se prolongara la vida de su suegro como fuera hasta el 26 de noviembre –como hemos contado– para que se renovara automáticamente el mandato de Alejandro Rodríguez de Valcárcel como presidente de las Cortes y pudiera

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