Roque Star, el joven valenciano conocido por su espíritu inquebrantable y su amor por el rock, ha convertido la superación de retos imposibles en su forma de vida. Con sólo el 20% de cerebro funcional, un coeficiente intelectual de 131 y un historial de 50 intervenciones quirúrgicas , Roque desafía todos los límites, demostrando que la actitud y la pasión pueden ser más poderosas que cualquier obstáculo físico. Entre conciertos de AC/DC, conocimientos asombrosos sobre dinosaurios y un sentido del humor único, su historia es un ejemplo de resiliencia, curiosidad y alegría de vivir, que inspira tanto a familiares como a profesionales sanitarios que lo acompañan desde su nacimiento prematuro.
Pregunta.- Llevas 50 intervenciones quirúrgicas en tu vida. ¿Cuál recuerdas con más emoción o que te marcó especialmente?
Respuesta.- Hay dos operaciones que me marcaron especialmente. Una fue la operación número 28, ya que fallecí. No fue la más dura médicamente, pero sí la que más me marcó. La otra fue la número 38. Fue una operación multinivel de piernas y la recuperación fue realmente dolorosa. Estuve tres meses en cama.
P.- A lo largo de tu infancia y adolescencia, ¿qué te ayudó a mantener una actitud positiva en los momentos difíciles?
R.- Sobre todo, el buen rollo y la buena música. He tenido momentos en los que he pensado estoy fatal, pero siempre he sabido que tenía que salir adelante. Siempre he sido una persona muy positiva.
P.- ¿Qué significado tienen para ti las cicatrices de tus operaciones?
R.- Justamente eso: son operaciones que me hicieron. Pienso que me caracterizan y son mi huella de identidad. Llevo tantas cirugías que ya no me veo sin cicatrices.
P.- Con solo un 20% de cerebro funcional y un coeficiente intelectual de 131, ¿cómo describirías tu manera de aprender o retener información?
R.- Tengo una memoria muy buena y suelo retener toda la información: recuerdo datos, fechas… Si tuviese el 100% del cerebro, aún podría retener mucho más.
P.- ¿Has notado que tu capacidad cognitiva te ayuda a afrontar los retos físicos de manera diferente?
R.- No creo que sea así exactamente. Afronto los retos con actitud, pero no pienso que mi capacidad cognitiva sea la responsable. Si mi coeficiente intelectual fuese menor, creo que los enfrentaría igual.
P.- Muchos profesionales del Hospital Clínico se han convertido en tu familia. ¿Qué significa para ti tener ese vínculo tan especial con ellos?
R.- No hay palabras para describir mi vínculo con ellos. Son los que me salvaron la vida incontables veces, y les guardo un cariño inmenso. Sobre todo los neurocirujanos y los pediatras.
Hay una asociación llamada Payasospital , a la cual admiro. Ellos ayudan a que los pacientes y sus familias estén mejor y su tiempo allí sea más ameno. Conmigo, al menos, lo consiguieron. A todos ellos los considero familia.
P.- Tu familia ha vivido momentos muy intensos junto a ti en el hospital. ¿Qué les dirías a otras familias que están pasando por situaciones similares?
R.- Mi consejo es que confíen en los médicos, que sus hijos están en las mejores manos posibles. Y, como dijo el rey Salomón: « Todo pasa, y esto también pasará».
R.- ¿Qué sueños o proyectos tienes ahora que esperas cumplir en los próximos años?
R.- Mi sueño más personal es poder caminar solo, y mi sueño profesional es seguir ayudando a quien lo necesite.

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