Por: José Del Rio.

El clima de negocios en la Argentina pasó en menos de un mes de la decepción a la euforia. Lo hizo sin escalas tras el resultado de la última elección del 26 de octubre y a una velocidad inédita. Nadie en las empresas ni en el mundo político vaticinaba el resultado que tuvo el oficialismo y mucho menos que se ganara en la provincia de Buenos Aires. Nadie esperaba tampoco un cambio de expectativas tan fuerte como el que se respira ahora en el sector financiero y en las principales compañías internacionales que esperan pasar de la velocidad crucero a mayores apuestas. Son las Fuerzas del Cielo, ironizan los más escépticos. “Ahora no hay excusas, déjenlo hacer lo que tiene que hacer”, disparan los ejecutivos libertarios que habían cambiado de color cuando todo parecía ocas

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