Hay amores que llegan sin anunciarse, sin promesas, sin grandes gestos. Amores que nacen en lo cotidiano, en un encuentro cualquiera, y se transforman en una vida compartida. Esta historia, que se gestó en Chubut a mediados de los años noventa, es un testimonio de cómo un simple error puede reescribir el destino. Un plan de viviendas, dos cervezas y un boliche fueron los escenarios que unieron a una pareja que, casi tres décadas después , sigue celebrando el amor real, el que se construye día a día.

El inicio de esta gran historia se remonta al momento en que él, tras inscribirse en un plan de viviendas, confundió su casa con otra el día de la entrega de llaves . Detrás de esa puerta equivocada estaba ella. Y, sin que ninguno de los dos lo supiera, ese pequeño error administrativo fue

See Full Page