En un mercado donde el hormigón, el ladrillo y el hierro son la tradición, Guillermo Badano (48) decidió apostar a un sistema constructivo diferente: los SIP, Structural Insulated Panels, por sus siglas en inglés.

El arquitecto creció en una ciudad donde se respira ladrillo. Su papá fue gerente residente del Comodoro Hotel e incluso durante años vivieron en el departamento que la empresa tenía en el edificio. “Mi barrio era ahí: el centro, el barrio judicial, la plaza San Martín, toda esa zona”, dice con orgullo. Pero en un viaje de intercambio al exterior, cuando terminó la secundaria, descubrió que en el mundo se construye con otros materiales y terminó definiendo su camino hacia esa línea constructiva.

Badano estudió arquitectura en Buenos Aires y finalmente, en 2004, se radicó

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