"No estábamos buscando momias sino subiendo el cerro Aconcagua por una ruta casi virgen...", dice Alberto Pizzolón, integrante de la expedición de andinistas que hace 40 años protagonizó el extraordinario hallazgo de la momia del Aconcagua , historia que recobró notoriedad esta semana por el traslado de esos restos desde el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CRICYT) al museo Cornelio Moyano, en el parque San Martín.

Fue el primer paso hacia la restitución del niño inca adonde fue dejado por sus ancestros hace 500 años.

En aquellos días de enero de 1985 Alberto Pizzolón tenía 20 años y practicaba andinismo desde la adolescencia "no para ganarle a la naturaleza, como se puede creer". Sin embargo, poco después de bajar la momia del Aconcagua al Gran M

See Full Page