En Roldanillo, donde las montañas parecen enmarcar cada fiesta como si fuera un ritual antiguo, las bicicletas volvieron a tomar el centro de la historia.

No las eléctricas, no las de competencia, sino las que huelen a hierro, grasa y recuerdos: las clásicas, esas que durante años recorrieron las calles de los pueblos y que hoy regresan como símbolo de tradición.

Jorge Rodríguez, secretario de Desarrollo Económico del municipio, camina entre ellas como si guiara un museo vivo al aire libre. “Este es el tercer encuentro nacional de bicicletas clásicas, donde hemos reunido a personas que tienen el hobby de coleccionar bicicletas de todas las épocas en Colombia. Es un medio de transporte que antes era muy común y que hoy vuelve como un símbolo de tradición”.

Participantes comparten anécdot

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