Santiago Ramón y Cajal se encontraba en Barcelona , ocupando la cátedra de Histología de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, cuando en 1888 descubrió que el sistema nervioso se componía de un conjunto de células individuales que se conectan entre sí de manera direccional a través del espacio entre ellas, la base de la neurociencia moderna que le hizo merecedor del Premio Nobel.
Más de 100 años después, en 1995, vio la luz en la capital catalana la Declaración de Barcelona que abrió el camino al Proceso de Barcelona para promover la cooperación entre la Unión Europea (UE) y los países del Mediterráneo , para conectar norte y sur, Oriente y Occidente, para impulsar las relaciones entre Europa, África y Asia.
La casualidad, o no, ha hecho que estos dos momento

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