Arqueóloga, alpinista, escritora, geógrafa, diplomática, espía... Que alguien a día de hoy pueda ser definido con tantos adjetivos, es llamativo; pero a principios del siglo XX, impensable, especialmente si el sujeto de quien se hablaba era una mujer. La sociedad tenía para ellas un único destino: el hogar. Por eso, quien se salía de la norma establecida estaba condenada a la crítica y, con el paso de los años, a la admiración. Eso si hay suerte y su figura no ha quedado en el olvido.

El escritor y periodista francés Olivier Guez (Estrasburgo, Francia, 1974) no ha querido permitir que eso suceda con Gertrude Bell (1868-1926) quien, además de ejercer todas las profesiones anteriormente descritas, también fue la responsable de dibujar las fronteras de Oriente Medio tras la Primera Guerra Mu

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