La última columna de Jaime Bayly se convirtió en una confesión inesperada: el cumpleaños número 37 de su esposa, Silvia Núñez del Arco , 23 años menores que él, terminó siendo una verdadera pesadilla emocional. Él mismo lo admite desde la primera línea, sin rodeos y sin exagerar: “el peor día del año”. Y detrás de esa frase, casi en susurro, asoma una sospecha que acompaña todo el relato: ¿hay algo más entre su esposa y su profesor de karate?

Todo empezó como una celebración aparentemente perfecta. La víspera, Bayly la llevó a una joyería y le compró cuatro regalos de oro, escogidos por ella misma. Quería que el día fuera especial, sin recriminaciones ni reproches. Pero la planificación quedó en segundo plano cuando su esposa anunció la agenda: almuerzo familiar, tarde completa con

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