Cientos de personas con los huesos rotos, golpes de calor o atrapadas con temperaturas bajo cero son rescatadas cada año en los desiertos de Arizona, Nuevo México y Texas con ayuda de la tripulación de Operaciones Aéreas y Marinas (AMO), Trauma y Rescate (Borstar) de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos (USBP) y los departamentos de bomberos.

Los “coyotes”, como se les conoce a los traficantes de personas, les dicen: “Te cruzo, tres horas después estás en Phoenix, toma un bote de agua. Y, ese bote de agua sólo les dura una hora, porque el calor aquí es increíble. Entonces, terminan tratando de buscar una forma de que los rescaten”, relató un agente encargado de vigilar el desierto entre Arizona y Sonora vía área, durante un recorrido en helicóptero en el que participaron El Diario

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