Tesla ha dado un nuevo paso estratégico en su política de abastecimiento: exigirá a sus proveedores que eliminen progresivamente los componentes de origen chino en los vehículos destinados al mercado estadounidense. La decisión, revelada por el Wall Street Journal, responde a la creciente volatilidad arancelaria derivada de la guerra comercial entre EE. UU. y China.

La medida busca reducir la exposición a tarifas impredecibles y evitar interrupciones logísticas que puedan afectar la producción y los costos. Tesla ya ha comenzado a sustituir algunas piezas y planea completar el proceso en uno o dos años. General Motors también ha solicitado a miles de proveedores que sigan el mismo camino, marcando una tendencia en la industria automotriz norteamericana.

Según el WSJ, los ejecutivos de Te

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