Pedro Sánchez se mantendrá firme hasta 2027. Los resortes del poder absoluto en el que ha degenerado su mandato son lo suficientemente robustos para soportarlo todo o casi todo. Su palabra es la ley entre sus fieles, de los que se rodea, y con los que controla las instituciones. La obediencia es ciega. En todo caso, para quienes defendemos el Estado de derecho y estamos convencidos de que nada dura para siempre, el contador de las responsabilidades de este régimen difícilmente se pondrá a cero y demandará más tarde o más temprano la depuración de las conductas que sobresaltan a diario la vida de los españoles, pero que hoy el poder amortigua, relativiza u oculta bajo una tupida y organizada secuencia de cortinas de humo y una entidad mediática abrumadora. El último informe de la UCO sobre

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