“Por mi permanente soledad, hace un año fui a Tánger con una carta para casarme con un hombre y ofrecerle mi ciudadanía sudaca europeizada”, declara Marina Otero en la presentación de su último espectáculo, Ayoub, el nombre del marroquí con el que se casó.

Este hecho real es el que germina en una pseudoconferencia El oficio de morir, que la artista argentina dicta en su último espectáculo, estrenado en Madrid la pasada semana y que este fin de semana llega a Temporada Alta, dentro de los cuatro días para los programadores internacionales.

La obra me destapó la conciencia de una mirada colonial que tengo que desarmar Marina Otero

“La conferencia trata sobre procesos creativos, pero hablar de creación significa desarmarse, y es lo que he venido haciendo”, explica Otero. “Para mí l

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