La NASA ha hecho públicas este miércoles las imágenes del cometa interestelar 3I/ATLAS y todos los datos recopilados por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) durante su aproximación a Marte a principios de octubre. También ha querido cortar de raíz los rumores de que se trata de una nave alienígena o un peligro para la Tierra.
“Me gustaría abordar los rumores desde el principio”, ha dicho Amit Kshatriya, administrador asociado de la NASA. “Este objeto es un cometa. Se ve y se comporta como un cometa y toda la evidencia apunta a que es un cometa. Pero este vino de fuera del sistema solar, lo que lo hace fascinante, emocionante y científicamente muy importante”. Kshatriya ha insistido en que la NASA desea fervientemente encontrar señales de vida en el universo. “Podría ser un descubrimiento asombroso si logramos confirmarlo. Pero 3I/ATLAS es un cometa”.

La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) captó una de las imágenes más cercanas del cometa, mientras que la sonda MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) obtuvo imágenes ultravioleta que ayudarán a los científicos a comprender su composición. Entretanto, el rover Perseverance captó una tenue imagen desde la superficie de Marte.
Un retraso justificado
El retraso en la publicación, que llevó al controvertido y fantasioso astrofísico de Harvard Avi Loeb a acusar a la NASA de retener las imágenes, no se ha debido a motivos ocultos, sino al cierre del gobierno estadounidense entre el 1 de octubre y el 13 de noviembre.
El cometa 3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio y es el tercer objeto identificado que ingresa a nuestro sistema solar desde otra parte de la galaxia. También ha resultado ser el más grande y de mayor velocidad hasta la fecha y se sospecha que podría ser el más antiguo.

A principios de octubre, la Agencia Espacial Europea (ESA) hizo públicas las imágenes del cometa obtenidas por sus sondas en Marte , el Orbitador de Gases Traza ExoMars (TGO) y la nave espacial Mars Express . En ellas el cometa se observa como un punto blanco ligeramente difuso, compuesto por su núcleo rocoso y helado y la coma circundante.
Muy lejos de la Tierra
El cometa interestelar pasó a principios de octubre a tan solo 30 millones de kilómetros (19 millones de millas) de Marte y a finales de mes alcanzó el punto más cercano al sol (perihelio) . Presumiblemente la cercanía a nuestra estrella lo hará más visible, pero no será hasta principios de diciembre cuando reaparezca y podamos detectarlo con los telescopios terrestres. El objeto no representa ninguna amenaza para la Tierra y no se acercará a menos de 274 millones de kilómetros (170 millones de millas) de nuestro planeta.
Por supuesto, la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA confirmó que Atlas no representa ningún peligro para la Tierra
Nicky Fox — Administradora asociada, Dirección de Misiones Científicas
“Nuestros telescopios vigilan constantemente el cielo para protegernos y, al hacerlo, ocasionalmente realizan importantes descubrimientos científicos como este”, asegura Nicky Fox , administradora asociada, Dirección de Misiones Científicas. “Por supuesto, la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA confirmó que Atlas no representa ningún peligro para la Tierra”.
Ocasión para aprender más
Javier Licandro , astrofísico del IAC, cree que serán las observaciones a finales de noviembre o inicios de diciembre las que nos van a permitir caracterizar completamente la actividad del cometa: cuánto gas y polvo emite, cómo varía esa emisión con la distancia al Sol, o qué otros gases nos encontramos en la coma. “Como todo cometa, nos puede sorprender con un aumento súbito de la actividad ( outburst ), pero no apostaría demasiado por ello”, explica. En diciembre saldremos de dudas, y después se irá alejando y haciéndose cada vez más débil durante los meses siguientes.
Después, se volverá a perder de vista y serán las sondas de la ESA de camino a Júpiter, como JUICE , las que se activen para seguir a 3I/ATLAS mientras se aleja de nuestro sistema solar para siempre. Las últimas imágenes, ha anunciado Nicky Fox, serán las que tome el telescopio James Webb (JWST). “Lo bueno de 3I/Atlas es que lo detectamos cuando estaba lejos del Sol y su actividad era muy poca, lo que nos permite estudiar su núcleo y después hacer un seguimiento temporal de su comportamiento a medida que se activa”, resume Julia de León , astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). “Esto nos va a permitir una caracterización más completa”.

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