En Barajas, a partir del 21 de noviembre de 1975, no daban abasto para recibir a las delegaciones extranjeras que acudían a los funerales por Francisco Franco. En su momento postrero es cuando realmente mostró su relevancia internacional. Vinieron protestantes, musulmanes, ortodoxos, divorciados, polígamos, dictadores, demócratas. De todos los continentes menos de Oceanía, igual no le perdonaban que hubiera boicoteado los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956.
Medio siglo después, sólo tres de aquellos representantes viven todavía para contarlo. El mayor de todos es Alberto de Lieja. Tiene en la actualidad 91 años y vino en representación de su hermano Balduino, rey de Bélgica, al que sustituyó en el trono a su muerte en 1993. Balduino estaba casado con la española Fabiola, que falleció e

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