Madrid. El 20 de noviembre de 1975, el entonces presidente del gobierno, Carlos Arias Navarro, anunció con la voz temblorosa: “españoles, Franco ha muerto”.

Tenía 83 años y el deceso ocurrió en el madrileño hospital de La Paz, después de una lenta agonía y tras haber detentado el poder desde 1939, cuando finalizó la cruenta Guerra Civil que él mismo incentivó desde su alzamiento militar, y que derivó en uno de los regímenes fascistas más represores de la Europa del siglo XX.

Al día de hoy, con medio siglo de distancia, todavía hay miles de fosas comunes sin exhumar -más de cuatro mil 500- pero también preocupa que una parte de la juventud, más de 20 por ciento según las últimas encuestas, ven con simpatía a ese régimen totalitario que obligó al exilio a decenas de miles y ejecutó y tort

See Full Page