Hay momentos en los que la vida nos exige tanto, que casi olvidamos mirar lo que realmente sostiene nuestros días: nuestra familia. Ese pequeño mundo que a veces parece caótico, intenso, ruidoso… pero que, cuando lo piensas bien, es también tu mayor lugar de fuerza, de ternura y de sentido.
Ser mamá no es solo acompañar, es crear hogar incluso cuando estamos cansadas . Es dar un abrazo que calma, una mirada que contiene, una palabra que acomoda lo que parecía torcido. Y aunque nadie lo diga en voz alta, todas las mamás sabemos lo que significa despertar con la responsabilidad de ser brújula, cobijo y ejemplo.
Pero en medio de esa entrega diaria hay algo que suele pasarse por alto: la familia también nos sana a nosotras .
Nos sana cuando nuestros hijos nos cuentan algo con esa emoció

Publimetro México

5 On Your Side Sports
Cleveland 19 News Sports
AlterNet
The radio station 99.5 The Apple
People Top Story
Newsweek Top