La Habana, 20 nov (EFE).- La polémica estaba servida. Un documento filtrado en redes sociales, con mimbres de institutos del deporte en Cuba, circuló entre cientos de usuarios. El contenido no era menor: se trata de una oferta para que empresas privadas patrocinen a equipos de la liga local de béisbol.

El escrito rompe con un tabú de décadas en la isla y representa un giro de 180 grados en un discurso que se cimentó desde la prohibición del profesionalismo en 1962.

De hecho, Fidel Castro, en aquel entonces primer ministro, justificó la medida al asegurar que el deporte “se había convertido (…) en un negocio” y “algo así como un medio profesional de vida”.

Sin embargo, el país ha ido flexibilizando sus normas, motivado en parte por la profunda crisis económica en la que está sumido el pa

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