CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Dado el carácter popular que tiene el futbol, es que éste ha sido utilizada no solo como símbolo de libertad y unidad, sino también, como un estandarte de represión y autoridad. Después del golpe de Estado perpetrado al gobierno de Salvador Allende, Augusto Pinochet utilizó el balón como una herramienta política para posicionar su régimen autoritario a toda costa.

El 21 de noviembre de 1973, el Estadio Nacional de Santiago fue el escenario en donde la Selección Chilena se alzó con la victoria ante su similar de la Unión Soviética. Sin embargo, aquel partido tuvo algo de extraño. Ante el cuadro sudamericano no había rival, sobre el césped solo hubo 11 jugadores. Ante una portería vacía, el mediocampista y capitán de esa llamada Furia Roja, Francisco “Chamaco” Vald

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