María Becerra lanzó Quimera, su nuevo álbum de estudio, un proyecto profundamente personal en el que transforma el dolor y la introspección en música y narrativa. El disco, compuesto por 17 canciones, combina historias propias, ajenas y de personas cercanas, desarrolladas a través de cinco identidades musicales: cuatro alter egos y la propia María en su versión más honesta.

Tras meses de procesos emocionales intensos, Becerra se cuestionó cómo escribir desde otros lugares más allá del dolor, dando origen a un nuevo lenguaje musical y conceptual. De allí surgieron sus cuatro alter egos:

Maite: vulnerabilidad, heridas y aprendizaje del amor.

Jojo: brillo y sensualidad como declaración de libertad.

Shanina: dualidad, deseo y energía cambiante.

Gladys: raíces, verdad cruda y orgullo por e

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