Una coalición de grupos de derechos civiles ha presentado una fuerte oposición al nuevo mapa electoral redibujado por los republicanos. Según estos grupos, que representan a votantes negros e hispanos, el nuevo diseño del mapa reduce significativamente la influencia de las minorías en el proceso electoral.

Los representantes de la coalición argumentan que esta reconfiguración es una clara manipulación electoral racial. Aseguran que esta acción no solo infringe la Ley Federal de Derecho al Voto, sino que también contraviene la Constitución de Estados Unidos.

La coalición sostiene que el nuevo mapa perjudica a las comunidades minoritarias, limitando su capacidad de representación y participación en el sistema democrático. Este tipo de acciones, según los activistas, perpetúan la desigualdad y socavan los principios fundamentales de la democracia.

Los grupos de derechos civiles han instado a las autoridades a revisar el mapa y a garantizar que todos los votantes, independientemente de su raza o etnicidad, tengan una voz equitativa en las elecciones. La situación ha generado un debate intenso sobre la equidad en la representación electoral y la importancia de proteger los derechos de todos los ciudadanos en el proceso democrático.