Fátima Bosch quiere que su corona en Miss Universe tenga un impacto positivo de empoderamiento y dignidad para las mujeres.
Desde pequeña, Fátima Bosch soñaba con cambiar el mundo. La niña de pecas, ojos verdes y un innato talento para posar, se transformó en la mujer que lo quiere todo y trabaja para conseguirlo.
Pero no siempre fue así. Cuando era niña, la tabasqueña fue diagnosticada con dislexia y Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad. Sufría bullying de sus compañeras de escuela y decía sentirse incomprendida.
Fátima se sobrepuso al rechazo, lo abrazó, lo convirtió en su mejor amigo y hasta lo aprovechó como combustible. Para sus amigos, su nombre es sinónimo de disciplina.
Es una mujer que sabe lo que quiere y que es muy firme a sus ideales y que no se va a dejar

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