El presupuesto regional de Cantabria para 2026 está siendo saboteado por la oposición de PRC, PSOE y Vox, pese a incluir 220 millones en inversiones estratégicas y haber recibido valoraciones positivas por parte de entidades independientes y sindicatos. El PP, a través del senador autonómico Íñigo Fernández, insiste en su voluntad de acuerdo y acusa a la oposición de bloquear el funcionamiento institucional por cálculo electoral.

Qué ha ocurrido

En una comparecencia celebrada en el Parlamento de Cantabria, el portavoz popular Íñigo Fernández defendió que el presupuesto es “el principal instrumento de orden político y económico” de una comunidad autónoma. Fernández detalló que su grupo ha participado en conversaciones previas con todas las fuerzas y ha ofrecido abrir la negociación a propuestas de otros partidos, sin líneas rojas ni exclusiones.

Sin embargo, denunció que el rechazo frontal de PSOE, PRC y Vox responde más a una postura táctica que a un criterio técnico. “La ciudadanía exige responsabilidad, no bloqueos por cálculo interno o presiones externas”, subrayó.

Cuánto se gasta y con qué resultados

El presupuesto incluye 220 millones de euros en inversiones previstas para 2026, centradas en áreas como infraestructuras municipales, servicios básicos, desarrollo rural y fondos europeos cofinanciados. La previsión de gasto se ha elaborado tras recibir aportaciones sectoriales y análisis de impacto económico.

El PP ha destacado que estas cuentas permitirán dotar de estabilidad a los ayuntamientos, acelerar proyectos locales y canalizar recursos hacia las necesidades reales de los cántabros. Las cuentas han sido valoradas favorablemente por entidades independientes y agentes sociales no vinculados al Gobierno.

Qué dice la oposición / el Gobierno

El Gobierno regional —presidido por María José Sáenz de Buruaga— ha mostrado apertura al diálogo y ofrecido incorporar enmiendas de otros grupos. Sin embargo, el PRC ha alegado “falta de contexto político”, el PSOE ha optado por desmarcarse sin presentar propuestas concretas, y Vox ha mostrado una oposición general sin articular una alternativa viable.

Íñigo Fernández ha lamentado que estos tres grupos actúen “como un bloque de obstrucción” y ha instado a replantear sus posiciones antes de convertir el presupuesto en un rehén de estrategias partidistas. “No puede ser que se critique por costumbre, sin analizar el texto ni aportar soluciones”, afirmó.

Comparativa con otras regiones

Mientras comunidades como Castilla y León, Galicia o Andalucía han aprobado sus presupuestos con acuerdos responsables y marcos plurianuales de ejecución, Cantabria vuelve a situarse en el vagón de la incertidumbre. La falta de altura política de algunos grupos impide consolidar planes a medio plazo.

El modelo de gestión propuesto por el Gobierno cántabro sigue las recomendaciones del Consejo de Política Fiscal y Financiera, y ha priorizado el rigor técnico frente a la improvisación electoral.

Impacto sobre el ciudadano cántabro

El principal perjudicado por esta situación es el ciudadano. La no aprobación del presupuesto impediría desbloquear partidas esenciales para municipios rurales, inversiones sanitarias, mejora de accesos comarcales y ayudas a autónomos. También pondría en riesgo la ejecución de fondos europeos con plazo limitado.

“La oposición está a punto de causar un daño directo al desarrollo económico de Cantabria”, advirtió Fernández. El presupuesto no sólo determina la inversión pública, sino también la estabilidad de los servicios básicos que exigen los cántabros.

Reflexión o propuesta

La política no puede convertirse en un teatro de obstrucción sistemática. Cantabria no necesita más ruido, sino estabilidad, ejecución y control. El Partido Popular ha demostrado voluntad, apertura y compromiso institucional. Corresponde ahora a PRC, PSOE y Vox decidir si quieren sumar o seguir en la estrategia del bloqueo.

La oposición tiene la palabra. Pero la responsabilidad de gobernar exige algo más que titulares: exige cuentas, trabajo y acuerdos. Gobernar no es obstaculizar: es construir soluciones con seriedad.

Gobernar no es gastar: es rendir cuentas.