El mundo alcanzó un nuevo acuerdo climático en la cumbre COP30 celebrada este sábado en Brasil. El mismo exige triplicar la financiación para ayudar a los países a adaptarse a los impactos climáticos cada vez más severos. Sin embargo, no se logró acordar una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, después de que profundas divisiones amenazaran con el colapso de las conversaciones.

El acuerdo se produjo tras más de dos semanas de unas negociaciones cada vez más tensas entre representantes de más de 190 países en la ciudad portuaria de Belém, conocida como la puerta de entrada a la Amazonia.

El texto final no menciona los combustibles fósiles, el gran motor de la crisis climática, lo que indica un retroceso respecto a los acuerdos de consenso de tan solo dos años de antigüeda

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