Desde San Mateo se dirigen a Telde evitando subir con el caballo a Tenteniguada . Bajan hacia Santa Brígida y se adentraron por senderos que atravesaban radiantes viñedos : «…y el campo más fascinante que haya visto en Canarias . Pasamos por delante de toda clase de casas señoriales , construidas sobre verdes lomas, valles y cumbres cercanas y lejanas. Algunas estaban pintadas de colores tan alegres como la vegetación y las flores que las circundaban. Otras, en cambio, hablaban de sólidas riquezas, palaciegas mansiones de piedra que bien podían permitirse prescindir de adornos externos».

Alcanzan Jinámar , ya están en tierras teldenses avistando su núcleo urbano, del que también Mr. Edwardes regala más loas y Pancho las remata revelando que: «Ah, no hay lugar en el m

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