En las vísperas de un año electoral cargado de tensiones, el gobierno de Javier Milei acelera el trámite de su paquete legislativo estrella: el presupuesto 2026 y un conjunto de reformas laborales y tributarias, que el oficialismo presenta como la llave definitiva para “desatar el crecimiento” y “hacer grande a la Argentina otra vez”. Con sesiones extraordinarias convocadas y una Cámara de Diputados más permeable tras el recambio, la Casa Rosada confía en aprobar rápidamente estas iniciativas que, según el relato oficial, recuperarán el empleo privado, reactivarán el consumo y restaurarán el poder adquisitivo perdido, si bien nada de todo esto se ha dicho en modo explícito.

El problema es que, mientras el gobierno anuda su supuesto devenir económico a estas reformas futuras, las medidas

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