Las bases socialistas han pasado en tiempo récord de la "decepción" al "cabreo". El partido aún digería el malestar que dejó el último informe de la UCO —ese que apunta a Santos Cerdán como enlace entre el Gobierno y Acciona en presuntos amaños de obra pública— cuando, a finales de semana, un nuevo golpe para el Gobierno cambió su estado de ánimo: la condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Desde entonces, muchos militantes apenas recuerdan el primer sobresalto, sepultado por la "indignación" que les provoca una decisión del Tribunal Supremo que consideran "injusta". Y, paradójicamente, algunos socialistas creen que esto puede jugar a su favor, reactivando a la izquierda en torno al concepto de lawfare, que ha regresado con fuerza al vocabulario tanto de la militancia com

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