Luis Caputo, el ministro de Economía de Argentina, tuvo que salir a aclarar esta semana que “nunca hablamos con los bancos de un rescate, ni de USD 20.000 millones”. Esta declaración se produce en un contexto de incertidumbre política y económica, donde las versiones sobre una nueva ayuda financiera están relacionadas con el vencimiento de USD 4.300 millones en bonos que el Gobierno debe afrontar el próximo 9 de enero. Aunque no hay dudas sobre el cumplimiento de este compromiso, la forma en que se hará sigue siendo incierta.

La opción más viable parece ser un nuevo “repo” con bancos internacionales, que consiste en financiamiento garantizado con bonos en dólares. Hasta ahora, el Gobierno ha recibido USD 3.000 millones por esta vía en 2025, lo que podría ayudar a enfrentar el vencimiento de enero. Además, el Tesoro ha comenzado a comprar dólares, lo que ha llevado la cotización oficial de 1.420 a 1.450 pesos. Aunque estas compras son menores, no se descarta una aceleración si no generan un salto significativo en el tipo de cambio.

La posibilidad de volver a los mercados voluntarios de deuda se ve más cercana, especialmente tras la reciente colocación del Bono Tango por parte de la ciudad de Buenos Aires, que se pagó a una tasa de 8,1% anual. Sin embargo, el contexto en Wall Street ha complicado los planes del Gobierno para recuperar el acceso al financiamiento voluntario. La reciente turbulencia en el mercado ha llevado a los inversores a ser más cautelosos, lo que ha afectado negativamente a los activos argentinos y ha incrementado el riesgo país.

El equipo económico no ha proporcionado detalles sobre cómo planea acumular reservas. La compra de dólares por parte del Banco Central, que implica la emisión de pesos, no parece ser una opción a corto plazo. Javier Milei, presidente electo, comentó que “si recuperamos el acceso a los mercados no precisaríamos recurrir a la compra de dólares”. La falta de reservas netas en el Banco Central sigue siendo un problema crítico, exponiendo a la economía a los vaivenes del mercado internacional.

Argentina estuvo cerca de volver a los mercados a principios de este año, cuando el riesgo país cayó a 560 puntos, pero no lo logró. Sin embargo, la situación política actual es más favorable para el oficialismo, con un mayor número de legisladores para avanzar en reformas estructurales y un apoyo sin precedentes del gobierno de Estados Unidos.

A pesar de estos avances, el Gobierno aún está USD 7.500 millones por debajo de la meta de reservas netas que debe cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para fin de año. La reactivación económica es otra prioridad, y el Banco Central ha comenzado a reducir las tasas de interés y a disminuir los encajes diarios que exige a los bancos, pasando del 95% al 75%. Sin embargo, la inflación ha estado en aumento durante cinco meses consecutivos, y se espera que noviembre mantenga esta tendencia, con estimaciones de un 2,5% de inflación.

El aumento de los insumos importados debido a la subida del dólar ha complicado la situación, ya que las empresas no han podido trasladar estos costos al consumidor. La expansión monetaria para apoyar la recuperación económica debe ser cuidadosa para evitar un rebrote inflacionario. La recuperación de reservas y la actividad económica serán temas clave en la agenda económica de 2026, y determinarán la fortaleza del Gobierno para evitar crisis similares a las que enfrentaron administraciones anteriores en Argentina.