Algo en la economía de EE.UU. no está cuadrando, y eso inquieta a quienes tienen la tarea de contener la inflación y mantener estable el mercado laboral.
Las empresas estadounidenses han reducido drásticamente sus contrataciones este año, reacias a invertir sin conocer los efectos completos de las amplias políticas económicas del presidente Donald Trump. La economía perdió empleos en junio y agosto, y el promedio de creación de puestos en los tres meses que terminaron en septiembre fue de apenas unos 62.000, según el Departamento de Trabajo.
Aun así, la productividad de los trabajadores —un factor clave del rendimiento económico— sigue alta. Y el producto interno bruto, que mide todos los bienes y servicios producidos en la economía, se ha mantenido sólido.
Esa dicotomía de una economía

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