Por unas horas, antes de que el calor toque la arena, Tulum despierta en silencio. La playa parece intacta, la brisa es limpia y el azul del Caribe se estira sin interrupción. Pero basta caminar unos metros para encontrar la evidencia de un año difícil: montones de sargazo que se amontonan y que han obligado a los trabajadores municipales a salir con palas, carretillas y hasta el gesto cansado de quien sabe que la batalla será diaria.

Este junio, recogieron 1.900 toneladas de alga, más de lo que se recolectó en todo 2024. Lo dicen las cifras y lo dicen los ojos de quienes viven del turismo: este 2025 ha sido la mayor llegada de sargazo desde 2018. Cada pala que se hunde en la arena parece una forma de defender el paraíso.

Los hoteleros repasan listas, ocupaciones y reservaciones con caut

See Full Page