Los nuevos aranceles de Trump han caído como un trueno sobre las cadenas de suministro globales, sacudiendo a aliados y rivales mientras Washington insiste en que el mundo pague por el creciente déficit comercial de Estados Unidos. Sin embargo, incluso mientras aumentan las tensiones, América Latina podría escapar del peor daño—si logra navegar lo suficientemente rápido las corrientes políticas y económicas para aprovechar oportunidades inesperadas.

Aranceles como política, no economía

La Casa Blanca presenta su ofensiva arancelaria como una corrección patriótica a un sistema roto. Estados Unidos terminó 2024 con un déficit comercial de $904 mil millones , casi el doble de la brecha cuando Trump asumió el cargo por primera vez. El mensaje desde Washington es directo: hacer que los prod

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