El fútbol argentino hierve. La conducción de Chiqui Tapia al frente de la AFA quedó en la mira a partir de una serie de fallos escandalosos que se dieron tanto en primera como en el ascenso pero sobre todo desde que "de la noche a la mañana" se decidió "designar" a Rosario Central como "campeón de Liga", un torneo que no existía. Los jugadores de Estudiantes de La Plata, club presidido por Juan Sebastián Verón, histórico enemigo de Tapia, fueron los primeros rivales de los rosarinos y además de ponerse de espaldas para hacer "el pasillo" que "felicitaba al campeón", les ganaron y los eliminaron en su propia cancha.
Desde entonces, Tapia y Verón parecen disputarse mano a mano el poder del fútbol. En medio de esa batalla, Alejandro Fantino tomó partido. "Yo me fui del fútbol para proteger

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